domingo, 10 de octubre de 2010

No me llames Dolores, llamame Lola

Dolores acostumbraba a provocar sonrisas hacia el exterior, bromeaba sobre sus sentimientos, sobre sus anhelos, sobre su vida, para así, darle un peso más liviano a su exisitir.




Un día se encontró con un personaje que compartía con ella la misma costumbre, pero no el mismo destino. Dolores entonces pensó lo agradable que era encontrar a alguién con su misma aficción.



Y en un rato se hicieron amigos. Reían juntos, disfrutaban haciendose reir.



Y le tocó el turno a Dolores.



Dolores, se dió cuenta de que se había enamorado cuando sintió unas inmensas ganas de llorar acompañada y lloró, lloró abiertamente.



Sin previo aviso su corazón quiso sacar hacia fuera sus penas, se negó a taponar sus heridas y encontró un momento y un lugar, en el que sus lagrimas salieron solas.



No sintió ganas de esconderlas ni de meterlas de nuevo hacia dentro, mientras lloraba cada lagrima salía una tras otra, destapando todas sus heridas.



Y tuvo una sensación muy extraña, Dolores, mientras lloraba se sintió sola, completamente sola acompañada de un extraño..



La persona con la que había sacado sus lagrimas permanecía inmutable, sin que se le adivinase sentimiento alguno, estaba fuera de guión.



En aquel momento Dolores sintió una punzada muy grande, sintió que no encontraría consuelo en sus brazos y se marchó, desde entonces, Dolores prefieren que la llamen Lola….


2 comentarios:

rakelakela dijo...

Qué bonita la historia!
Y qué setimiento tan familiar. Aunque yo no tengo tal decisión.

Me llamo Raquel, ¿de qué otra manera deberían de llamarme?

Un abrazo, Aes.

LAS AES dijo...

Gracias Raquel, esta historia buscaba un título y de esa manera se unieron.
Las decisiones encuentran siempre su momento, es el tiempo el que las saca hacía afuera.
Deberían llamarte Rakelakela?
Otro para tí Raquel!